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Superar un trauma, consejos que te ayudarán

Cuando hablamos de heridas que hemos sufrido, todos pensamos en golpes, arañazos y en definitiva, daños usualmente físicos que hemos tenido que soportar en determinadas ocasiones, ya sea por accidentes, por peleas, por caídas, etc… Sin embargo, también hay otro tipo de heridas, las emocionales, las psíquicas, que nos pueden llegar a dañar tanto o incluso más que las físicas, puesto que muchas veces no se le da la misma importancia. Ocurre que cuando sufrimos esas heridas sencillamente lo dejamos pasar, tratamos de recuperarnos lo mejor que podemos y seguimos adelante, porque es más fácil fingir que estamos bien cuando el daño lo llevamos por dentro y no se puede ver en nuestro cuerpo al primer vistazo. Pero ese daño, esa herida, siempre deja huella.

La huella es precisamente lo que llamamos trauma, la consecuencia de una herida psíquica que nos ha producido un suceso o una serie de sucesos vividos en el pasado, que nos han marcado de manera definitiva y nos han provocado un daño importante en nuestra manera de pensar y sentir, daño del que todavía no nos hemos recuperado. El trauma puede venir dado de muchas formas, al igual que las heridas físicas. Podemos tener un trauma por llevar una infancia difícil, por haber sido golpeados durante esa etapa de formación, o simplemente por el ataque puntual de un perro que nos hiciera daño, y eso desembocara en un terror hacia ellos que supera todo lo soportable para nosotros. Los traumas son complicados de sanar, sobre todo si los obviamos y no le damos importancia, pero siempre hay formas de intentar superarlos.

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Vampiros emocionales: esas personas que generan malestar y negatividad

Algunos pueden extrañarse al leer el título del artículo, incluso tomárselo a broma, pero sí, los vampiros existen, y se alimentan de nuestra vitalidad, aunque no vayan de noche convertidos en murciélagos ni nos chupen la sangre directamente de la yugular. El mito vampírico como lo entendemos en las películas y novelas ha dado lugar a un tipo de vampiro diferente, que también se alimenta de la vida de otras personas. Son los llamados vampiros emocionales, gente que intoxica todo lo que toca, que nos roba nuestra esencia y nuestra vitalidad por puro egoísmo, por no ser capaces de aguantar que otros sean felices mientras que ellos son incapaces de entender ese concepto.

Los vampiros emocionales están por todos sitios y es muy probable que conozcas a más de uno, porque por desgracia, parece que cada vez hay más. Hay que saber identificarlos para mantenernos lo más lejos posible, pues de lo contrario podríamos acabar siendo sus presas y cayendo en sus tendenciosos engaños. La gente a la que le gusta malmeter, la que siempre está buscando una razón para hacerse la víctima, la que habla mal de todo el mundo y es incapaz de valorar el éxito de otras personas si no es con el suyo por delante… Hay que tener mucho cuidado con esos vampiros emocionales.

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