vampiros emocionales
Psicología

Vampiros emocionales: esas personas que generan malestar y negatividad

Algunos pueden extrañarse al leer el título del artículo, incluso tomárselo a broma, pero sí, los vampiros existen, y se alimentan de nuestra vitalidad, aunque no vayan de noche convertidos en murciélagos ni nos chupen la sangre directamente de la yugular. El mito vampírico como lo entendemos en las películas y novelas ha dado lugar a un tipo de vampiro diferente, que también se alimenta de la vida de otras personas. Son los llamados vampiros emocionales, gente que intoxica todo lo que toca, que nos roba nuestra esencia y nuestra vitalidad por puro egoísmo, por no ser capaces de aguantar que otros sean felices mientras que ellos son incapaces de entender ese concepto.

Los vampiros emocionales están por todos sitios y es muy probable que conozcas a más de uno, porque por desgracia, parece que cada vez hay más. Hay que saber identificarlos para mantenernos lo más lejos posible, pues de lo contrario podríamos acabar siendo sus presas y cayendo en sus tendenciosos engaños. La gente a la que le gusta malmeter, la que siempre está buscando una razón para hacerse la víctima, la que habla mal de todo el mundo y es incapaz de valorar el éxito de otras personas si no es con el suyo por delante… Hay que tener mucho cuidado con esos vampiros emocionales.

vampiros emocionales

¿Cómo identificar a estos manipuladores emocionales?

Lo cierto es que no resulta demasiado complicado encontrar a este tipo de personas, porque por desgracia todos nos hemos cruzado con ellos en algún momento. Estos vampiros emocionales siempre tratan de manipular a los demás a través de trucos y engaños, para conseguir lo que quieren. Suelen ser personas negativas por naturaleza y lo peor es que logran contagiar esas emociones negativas al resto. Provocan estrés emocional, por estar siempre buscando faltas, por crear mal ambiente, por malmeter, sobre todo a espaldas de los demás, por no poder llevar una relación normal y tranquila con alguien… Al final provocan cansancio emocional y hasta físico, sensación de agobio y negatividad, robándonos nuestras energías.

Falta de empatía: una de sus principales características

Es una de las características más comunes en estos manipuladores emocionales. Son tremendamente egoístas y solo pueden pensar en sí mismos, porque son incapaces de ponerse en el lugar del otro. Siempre son ellos las víctimas, o en caso contrario, los que han logrado el mayor mérito. En cuanto ven que hay alguien que destaca por encima de ellos tratan de robarle su mérito o hundirle para volver a ser el centro de atención. La empatía es una característica indispensable para entender a los demás y por tanto, ser buenas personas y conseguir una buena relación con el resto. Los vampiros emocionales carecen de esa sensibilidad, así que por eso se encargan de expandir toda la oscuridad que llevan dentro.

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Victimistas y quejicas: otro sello de estos vampiros

El estar continuamente quejándose de todo y querer quedar siempre como las víctimas de cada cosa que ocurra es también otra de esas características ineludibles de este tipo de personas, gente que siempre quiere quedar por encima del resto y que son incapaces de reconocer sus propios errores, por un ego demasiado desarrollado. La gente tóxica siempre está provocando un mal ambiente con sus quejas, y son incapaces de entender que a veces se gana y otras se pierde. Es una actitud bastante infantil pero es que no saben comportarse de otra forma porque tal vez han pensado que es la única manera de lograr lo que quieren en cada momento.

¿Cómo hacer frente a un vampiro emocional?

Lo primero es saber reconocerlos y entender que estar junto a esa persona puede causarnos un gran daño emocional. Y es que este tipo de personalidades pueden acabar con nuestra paciencia, con nuestra autoestima e incluso con nuestras defensas mentales, por puro agotamiento. La mejor forma de enfrentarse a ellos es alejarse lo máximo que podamos. Si le hacemos frente y le explicamos la situación, caerán de nuevo en el victimismo y tratarán de quedar como los buenos de la historia, porque son incapaces de reconocer que hayan podido equivocarse. Es su forma de ser, y es complicado cambiarla. Por eso, cuanto más lejos estén, mejor para nosotros.